El Humanismo

Durante la vida de Lutero, ocurrieron numerosos y gravitantes cambios de un sistema filosófico y político que por siglos había sido relativamente estable. Inventos técnicos como la brújula y la imprenta revolucionaron todo el sistema de navegación y de comunicación. Descubrimientos geográficos como el viaje de Colón a América en 1492, cuando Lutero tenía nueve años, alteraron toda una imagen del mundo.

Cambios tan masivos por supuesto que crean incertidumbre. Incertidumbre que a muchos les parecía peligrosa y que debía ser combatida por distintos motivos - baste recordar el martirio de los así llamados herejes.

A la par con los cambios se desarrolló una nueva corriente filosófica, al mismo tiempo causa y consecuencia de las transformaciones, que fue el Humanismo. (humanismo: del latín humanitas, se refiere al ser humano culto).

La característica formal común, el estudio de la literatura clásica y el aprendizaje del latín y del griego, se encuentra en todas las corrientes del Humanismo. Su lema fue "¡Ad fontes!": volver a las fuentes, vale decir a los escritos originales, a menudo griegos, de la Antigüedad.

De esto, Lutero derivó para sí la profundización del estudio de la Biblia. Para él, el Humanismo consistía en remitirse a las fuentes originales de la Biblia, escritas en hebreo y griego - Humanismo bíblico.

Este movimiento, que con su ímpetu renovador arremetió también contra los rígidos ideales culturales del escolasticismo, provocando la oposición de la iglesia, ha dado al mundo numerosas personalidades importantes.

Erasmo (Erasmus) de Rotterdam

Erasmo de Rotterdam es probablemente el representante más conocido del Humanismo. Erasmo, el gran sabio, conocido en toda Europa, felicitó al comienzo las reformas del humilde fraile de la ermita agustina. Pero después de una controversia con Lutero, él y muchos humanistas se apartan de la Reforma.

El aliado más importante de Lutero, el humanista Felipe Melanchthon, había sido educado por el científico humanista Juan (Johannes) Reuchlin y mantuvo un permanente contacto con otros Humanistas, especialmente con Erasmo.